miércoles, 14 de diciembre de 2011

Primero está la luz, luego, la oscuridad.

¡Mírame joder, estoy muerto otra vez!
Esos ojos, tan claro como el agua cristalina.
Esos labios, tan finos y sensuales.
Y esa piel... tan suave como la seda.
Pienso arrancarte la piel a tiras, partirte los putos
huesos uno a uno. Clavarte un millón de agujas
en cada músculo.
¿Ya? ¿Lo sientes?
Ese pequeño placer de tener un cuerpo vivo a tu merced,
poder mutilarlo al compás de la 5ª sinfonía de Beethoven.
¿Te parece romántico? Porque a mi si.
Me excita, me conmueve. Me alimenta y sacia mi alma.
Dios… joder, es tan placentero, tan bello y hermoso,
tan excitante, que incluso lloro de la alegría de poder
mutilar un cuerpo con mis malditas manos.
¿Puedes ver la charca que tengo bajo mis pies?
¿Sabes qué es?
Mi cariño, mi odio, mi pánico, mis penas y mi tristeza,
mi compasión, mi sangre y mis ganas de vivir,
mi rencor, mi hígado destruido y mi cerebro ahogado
en un mar de alcohol, lodo, mugre, heces y muerte.
Solo queda vacío, la nada, blanco o como queráis llamarlo.
Solo soy un maniquí, un ser inerte, uno más del montón.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Sueños por descubrir.

Y en un último aliento no crucé la puerta, no llegué al otro lado.
¿Para qué? No pido mucho, solo pido alcohol, heroína y una jeringuilla desechable de mierda.

No es luz todo lo que tengo, no es cariño todo lo que muestro, no es afecto a la gente que quiero.
Joder, mi sangre es veneno, mi alma está muerta y mis sentimientos enterrados bajo una gran charca de sangre.

Admito haber cometido errores, mas no me arrepiento de haberlos cometido.
Si, he perdido a muchos amigos, he abierto su torso, extirpado su corazón y aplastado su cráneo.
Yo mismo me he buscado mis errores, miles de veces he pedido perdón, me he arrodillado y he suplicado una oportunidad, al fin y al cabo, todos merecemos una segunda oportunidad, una más para merecer mi jodida existencia.

No fue así.

Lloré, tanto, que podría haber inundado el universo, tanto, que no se como no me ahogué en mis propias lágrimas.

Ya no quiero el consuelo de nadie, no quiero esperanzas, no quiero consuelo.
Solo pido… poder morir en paz, poder morir tranquilo, poder morir ahogado en mi propio vómito, machacarme los pulmones, destrozar mi hígado.

Este no es mi fin, lucharé por fastidiar al mundo, por demostrarle que no soy fácil de vencer, que por poco honor que me quede, por poco orgullo que tenga, demostraré al mundo que se que alguien, ahí fuera, me necesita… lo sé, yo lo siento, siento que no he nacido solo por el echo de ser pateado, apaleado, destrozado.

Vine aquí con un objetivo… ¿Cuál? No lo sé. ¿Por qué? Ni yo mismo me lo pregunto… Pero tengo claro que aunque sea hundido en la peor mierda, ahogado en la droga que más me destroce, tengo claro que tengo un objetivo… y pienso cumplirlo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Y yo los asesiné.

¿Acaso no nacemos ya cubiertos de sangre? Desde pequeños, desde que nacemos, desde que salimos de ese agujero viscoso llamado vagina, estamos hechos para matar, mutilar, destripar.

¿Qué soy?

Solo soy un vulgar adolescente de 18 años, uno de tantos, uno del montón.
Puede que la mayoría de las personas que lean mis entradas lo vean enfermizo.
A mi, me parece atractivo.

¡Destrípala, venga! Arráncales las tripas, cómete sus intestinos, extírpales los pulmones.
¿Dónde están? ¿Dónde están aquellos que prometieron quedarse a mi lado?
Hay gente que los llama amigos, otros hermanos… yo, los considero simples rostros desfigurados que se borran en un mar de sangre y alcohol.

No me arrepiento de perder a las personas, no me arrepiento del daño que he causado, no me entristece que los engendros que quería me hayan arrancado el corazón a pedazos y ahora lo usen como un juguete, ¿porqué?

Porque yo mismo he matado a mis amigos.