lunes, 28 de noviembre de 2011

Sueños por descubrir.

Y en un último aliento no crucé la puerta, no llegué al otro lado.
¿Para qué? No pido mucho, solo pido alcohol, heroína y una jeringuilla desechable de mierda.

No es luz todo lo que tengo, no es cariño todo lo que muestro, no es afecto a la gente que quiero.
Joder, mi sangre es veneno, mi alma está muerta y mis sentimientos enterrados bajo una gran charca de sangre.

Admito haber cometido errores, mas no me arrepiento de haberlos cometido.
Si, he perdido a muchos amigos, he abierto su torso, extirpado su corazón y aplastado su cráneo.
Yo mismo me he buscado mis errores, miles de veces he pedido perdón, me he arrodillado y he suplicado una oportunidad, al fin y al cabo, todos merecemos una segunda oportunidad, una más para merecer mi jodida existencia.

No fue así.

Lloré, tanto, que podría haber inundado el universo, tanto, que no se como no me ahogué en mis propias lágrimas.

Ya no quiero el consuelo de nadie, no quiero esperanzas, no quiero consuelo.
Solo pido… poder morir en paz, poder morir tranquilo, poder morir ahogado en mi propio vómito, machacarme los pulmones, destrozar mi hígado.

Este no es mi fin, lucharé por fastidiar al mundo, por demostrarle que no soy fácil de vencer, que por poco honor que me quede, por poco orgullo que tenga, demostraré al mundo que se que alguien, ahí fuera, me necesita… lo sé, yo lo siento, siento que no he nacido solo por el echo de ser pateado, apaleado, destrozado.

Vine aquí con un objetivo… ¿Cuál? No lo sé. ¿Por qué? Ni yo mismo me lo pregunto… Pero tengo claro que aunque sea hundido en la peor mierda, ahogado en la droga que más me destroce, tengo claro que tengo un objetivo… y pienso cumplirlo.

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